Esta semana estudiamos la perashá Teṣawéh, que nos habla sobre el ner tamid, bigdé haqódesh, y la preparación de los Kohanim. Con la ayuda del Cielo, les compartiré algunos puntos interesantes sobre esta perashá.
1) La Tora nos habla sobre el Urim y Tumim. El Urim y Tumim se coloca debajo del Efod. El Efod llebaba los nombres de Bené Israel. Cuando consultaban a ADONAY, a través del Urim y Tumim, las letras escritas en las 12 piedras iluminaban. El Kohen HaGadhol sabía decifrar el decreto divino, combinando las letras para formar el mensaje. Las raíces lingüísticas de estas dos palabras son «luz» y «pureza». En nuestros días hay tanta confusión halákhica por causa de nuestros pecados y falta de consagración. Aunque hoy no tenemos el Bet Hamiqedash, ni Kohen o Levi sierviendo ahí, tenemos el «Urim y Tumim»—-la Tora shebikhtáb y she be’al péh (Escrita y oral). Si seguimos estas dos, estaremos andando en la «luz pura» del Creador.
2) En el 28:41 apredemos algo interesante sobre Aharon Hakohen y sus hijos. Podemos notar que sus hijos tuvieron que vestirlo y él a ellos. La Toráh nos dice que las vestimentas son para kabod y tif’éret (gloria y belleza). Esto nos enseña una lección que la gloria, belleza y honra son cosas atribuídas por otros y no por nosotros mismos. Los Pirqué Aboth nos enseñan, «¿quién es honrado, el que honra a los demás?». Por ende, esto nos enseña a ser humildes.
3) En el 29:46 podemos aprender que todas estas miṣwot son para nuestro beneficio. No podemos olvidarnos de que salimos de «Miṣráyim». Debemos luchar en contra de la asimilación de «Miṣrayim» cada día. ¿Qué es Miṣrayim? Esto es el estado de pereza espiritual. Esto es cuando no queremos cumplir con los díctámenes de la Toráh. Esto es el lugar «cómodo». También es el mundo del materialismo. Esta es una de las razones por el cual el Creador nos llevó al desierto, donde no hubo nada. Finalmente, por esto leemos todas las mañanas «Az yashir Moshé u bené Israel…» en shaharith.
Hace mas de 2300 años que un descendiente de Amaleq (sea borrado para siempre) quiso exterminar al pueblo hebreo de la faz de la Tierra. Vimos como el Eterno, alabado sea, salvo al pueblo a través de dos judíos en Persia. Dicen los Sabios de bendita memoria, «Antes de la plaga, El Cielo prepara la curación». Es evidente que El Creador, bendicho sea, escondió la luz en las tinieblas para luego alumbrar al mundo. Hadassah (Ester) tuvo que esconder su verdadera identidad para luego ser el instrumento para salvar a Israel. Actualmente, Amaleq está tratando de destruir a nuestro pueblo por medio del gobernador Iraní. De cierto os digo que El Eterno ya tiene Su salvación reservada para nuestro pueblo en estos días.
Espero que podamos salir de este exílio y presentarnos como sacerdotes de ADONAY, con el «Urim y Tumim» en nuestras mentes, para dar exemplo a las naciones.