Bereshith 23:1-25:18
La perashá de esta semana se titula Ḥayé Saráh, “Las vidas de Saráh”. Esta porción comienza con el relato de la vida y muerte de nuestra matriarca Saráh. Algo interesante para notar es la manera que el texto divide los años de su vida. Dice “100 años, 20 años y 7 años”, en vez de simplemente decir “127 años”.
Existen varios midrashim (estudios) que hablan sobre la sabiduría y belleza de ella en relación a esta peculiaridad textual. La vida trae con sí muchas experiencias y etapas. Me parece que el Autor quiere enfatizar 3 etapas de la vida de Saráh. Al analizar el Sefer Bereshith, podemos ver que ella recibió promesa de Adonay, Exaltado Sea, a la madura edad de 90 años. Diez años después, cuando Yishaq tenía 10 años de edad, nos llevaría a los 100 años de ella. Educar y criar un niño es una tarea ardua y complicada, especialmente para una mujer de 90 años de edad.
Los próximos 20 años de la vida de Saráh nos lleva a los 30 de Yiṣḥaq. Dicen los Sabios que los 30 años para un hombre representan la cumbre de su vigor y juventud. Esta es la edad cuando Yosef y Dawid comenzaron a gobernar en sus respectivas épocas. Los próximos 7 años fueron sus últimos. Algunos Sabios sostienen que Saráh murió durante la atadura de Yiṣḥaq en el Monte Moriáh. Ellos deducen esto por medio de la yuxtaposición con el capítulo 22 y 23 (atadura Yiṣḥaq y muerte de Saráh).
La Toráh nos dice que Yișḥaq se casó a la edad de 40 años. Si su madre murió cuando él tenía 37 años, podríamos deducir que él estaba de luto por casi 3 años, ya que el texto dice que él fue consolado al casarse con Ribqáh.
Ribqáh era hija de Betu’el, hija de Milká, esposa de Nahor, hermano de Abraham Abinu. ¿Por qué es que Abraham buscó una mujer de la casa de su parentela, después de haber salido de ahí, por más de 65 años? ¿Por qué no fue a Miṣrayim o en Kena’án en busca de una esposa para Yiṣḥaq si todos eran idólatras? La respuesta es simple: Derekh Eres (buenas costumbres). Abraham sabía que era más fácil cambiar la percepción que los malos hábitos. El derekh eres de su familia es evidente cuando Eliezer se encuentra con Ribqáh. Ella le ofrece agua a él y a los camellos.
Abraham quería asegurar que su descendencia continuara su legado de obras de caridad y buenas costumbres a todas las generaciones. Dicen los Sabios del Talmud que una familia que siempre está hablando mal de otros, no hacen obras de caridad y no tienen buenas costumbres, son dudosos de ser descendientes de Abraham Abinu.