Bereshith 25:19 – 28:9
En esta semana, estudiamos la perashá “Toledoth”, “generaciones”.
Esta porción inicia con la genealogía de Yiṣḥaq Abinu. Esto es importante para el lector, ya que hubo dos instancias cuando su origen pudo haber quedado en duda, primero en Egipto y después en Gerar. De otra forma, no hubiera manera de probar la autenticidad del pueblo de Israel.
A través de los siglos, el pueblo de Israel ha tenido que sufrir por causa de su elección. Cualquiera pudiera haber dicho que ese pueblo fue maldecido o que hubo una equivocación. Muchos han querido usurpar la identidad de ‘Am Israel. Primero, el catolicismo intentó hacerlo con el establecimiento de su religión en el cuarto siglo E.C. Después, el Islam negó la elección de Israel en el Qur’án, cambiando la elección de Yiṣḥaq por Ishmael. Siglos después, la Reforma Protestante trajo consigo la idea del “Israel Espiritual”.
Los Sabios dicen que las vidas de los Padres son portentos de la vida de los hijos. Tomando este pensamiento como base, podríamos analizar las vidas de Abraham, Yiṣḥaq y Ya’aqob y compararlas con la experiencia de sus descendientes—‘Am Israel. Primero, El Creador, exaltado sea, da una promesa a Abraham que incluye una Tierra prometida. Cuando él llega ahí, ocurre una sequía. En esta perashá, lo mismo ocurre con Yiṣḥaq, lo cual lo lleva viajar hacia Gerar donde casi pierde a su esposa. Finalmente, Ya’aqob es forzado huir a Padán Aram por causa de una rivalidad. La pregunta es, ¿Por qué es tan difícil la vida en la Tierra Prometida para estos justos? De aquí aprendemos que la justicia de una persona no siempre la protege de calamidades. Esto nos ayudaría entender por qué, en ocasiones, la búsqueda del trabajo, estabilidad económica y/o éxito se nos va da las manos, por más fieles que podamos ser al Eterno.