Bereshith 12:1 – 17:27
La perashá de esta semana nos habla de nuestro patriarca Abraham (en paz descanse). Hay muchas cosas que se pueden decir sobre su persona. Sin embargo, este comentario se enfocará en la relación entre él y su sobrino Lot.
Al analizar el libro de Bereshith nos daremos cuenta que hubo muchos problemas entre hermanos de familia. Por ejemplo, Qáyin vs Hébel, Yishma’el e Yiṣḥaq y, más adelante, Yosef vs. sus 10 hermanos mayores. En esta porción, vemos que Abraham Abinu tuvo que separarse de su sobrino Lot. La Toráh dice que tanto Abraham como Lot tenían muchas riquezas de oro, plata y ganado. Aparentemente, los bienes materiales fueron motivo suficiente para que ellos tuvieran que separarse.
Podríamos deducir del texto que el problema que hubo entre ellos dos era una competencia de riquezas. Todas las riquezas que vinieron a Lot, fueron por el mérito de Abraham Abinu. Sin embargo, Lot se enorgulleció con lo que tenía, al tal punto que se exaltó sobre su tío. Al fin y al cabo, Abraham le pidió a Lot que se fuera donde él quisiera, ya que ellos eran parientes.
Lamentablemente, a veces la separación de hermanos o familiares es necesaria para preservar la paz. Esta es la razón por el cual el divorcio está permitido por la Ley (Debarím 24). Por otro lado, todos los shabbatoth, bendecimos a nuestros hijos varones con la frase:
Que El Eterno te haga como Menashéh y Efrayim.
Estos dos hermanos son resaltados en la Toráh porque a pesar que Efrayim era el menor y recibió la bendición de primogénito, Menashéh no se opuso ni creó discordia.
Así mismo, El Eterno, alabado sea Su Nombre, desea el shalom entre hermanos, como se expresa en el salmo:
Mirad cuan bueno y delicioso es los hermanos habitar juntos en unidad. (Mizmor 133).
Shabbath Shalom