La perashá de esta semana se titula “‘Eqeb”.
Nuestro Maestro Moshé está dando su último discurso a la nueva generación antes de morir. Él les explica cómo el Eterno, alabado Sea, los sacó de la casa de servidumbre.

Además, el Creador, bendito Sea, proveyó para ellos por espacio de cuarenta años en el desierto con maná y agua milagrosamente. Aún más, las vestimentas y calzados fueron protegidos durante todo ese tiempo.

Ahora, el Dio bendicho les recomienda a los pioneros de la conquista de Kena‘án guardar los juicios, estatutos y leyes, para que Él cumpla el juramento que hizo con los patriarcas.


El pasaje que analizaremos es la fuente del Birkat haMazón, la bendición por el sustento. La Toráh dice:

וְאָכַלְתָּ, וְשָׂבָעְתָּ–וּבֵרַכְתָּ אֶת-יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, עַל-הָאָרֶץ הַטֹּבָה אֲשֶׁר נָתַן-לָךְ.
הִשָּׁמֶר לְךָ, פֶּן-תִּשְׁכַּח אֶת-יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, לְבִלְתִּי שְׁמֹר מִצְוֹתָיו וּמִשְׁפָּטָיו וְחֻקֹּתָיו, אֲשֶׁר אָנֹכִי מְצַוְּךָ הַיּוֹם.
פֶּן-תֹּאכַל, וְשָׂבָעְתָּ; וּבָתִּים טֹבִים תִּבְנֶה, וְיָשָׁבְתָּ.
וּבְקָרְךָ וְצֹאנְךָ יִרְבְּיֻן, וְכֶסֶף וְזָהָב יִרְבֶּה-לָּךְ; וְכֹל אֲשֶׁר-לְךָ, יִרְבֶּה.
וְרָם, לְבָבֶךָ; וְשָׁכַחְתָּ אֶת-יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, הַמּוֹצִיאֲךָ מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִבֵּית עֲבָדִים

“Comerás, te hartarás y bendecirás al Eterno tu Dio por la buena Tierra que te dio. Ten cuidado, no sea que te olvides del Eterno tu Dio” (Debarim 8:11).


Los Doctores de la Ley derivaron de aquí que es un mandamiento positivo (hay que hacerlo) bendecir al Creador, bendito Sea, después de comer un alimento. Ellos determinaron no sólo para el pan, sino para todo.

También dedujeron del Salmo 24 que, como la Tierra y su plenitud le pertenecen al Dio bendito, se considera robo comer sin primero bendecirlo y pedirle permiso por tomar lo Suyo. Por ende, instituyeron varias bendiciones de disfrute basadas en el pasaje de nuestra perashá.

La kawanáh (intención) de los Sabios fue que los israelitas estuviéramos conscientes del Creador en todo momento. Hoy en día, en un buen sidur (libro de rezo) podemos encontrar bendiciones para: ver animales, escuchar buenas o malas noticias, comer frutas y vegetales, beber vino, pasar por un cementerio, ver el océano o las montañas, y prácticamente para cualquier cosa.

Como dice el Talmud:

“Búscate a un talmid hakham (Sabio de Toráh) para aprender cómo bendecir al Eterno” (T. Bablí Berakhoth).


¿Por qué es necesario advertir al pueblo: “Ten cuidado, no sea que te olvides”?
Es naturaleza del hombre recordarse del Creador, alabado Sea, cuando está pasando por dificultades.

Nuestro Maestro Moshé quiere inculcar a la nueva generación que no cometa el mismo error de sus padres: el olvido.

Cada día tenemos la oportunidad de observar al Creador a través de las obras de la creación. En este espíritu, el salmista declaró:

¡Aleluya! ¡Alabado sea Adonay!
Alaben al Adonay desde los cielos, alábenlo desde las alturas.
Alábenlo, todos sus ángeles; alábenlo, todos sus ejércitos.
Alábenlo, sol y luna; alábenlo, estrellas luminosas.
Alábenlo ustedes, altísimos cielos,
y ustedes, las aguas que están sobre los cielos.
Sea alabado el nombre del Señor,
porque Él dio una orden y todo fue creado.
Todo quedó afirmado para siempre;
emitió un decreto que no será abolido.


Sea la voluntad de ADONAY que podamos estar conscientes de Él en todo momento, para poner en práctica todo lo encomendado por Moshé y ver las bendiciones prometidas a nuestros padres: Abraham, Yiṣḥaq y Ya‘aqob.

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