La perashá de esta semana se llama «Sheláḥ” (Envía). Los hijos de Israel han llegado a las fronteras sureñas de la Tierra prometida, luego de estar en el desierto por tanto tiempo. Han pasado por varias pruebas y han tenido que adaptarse a la vida desértica. Finalmente han llegado al borde de la tierra donde “fluye leche y miel”. El Eterno, alabado sea, ordena a Moshé: «envía para ti mismo exploradores de la tierra de Kena’an, la cual he dado a los hijos de Israel». Nuestro maestro Moshé escoge 12 lideres, uno por cada tribu de Israel.
Previamente, Yitró había sugerido a Moshé poner hombres de integridad y valor sobre cada 10, 50, 100 y 1000 hombres. Ahora, él escoge 12 con las mismas características. La Toráh explica cómo los exploradores entraron a la tierra y vieron la bendición del Cielo sobre ella. Sin embargo, ellos vieron obstáculos para adquirirla:
«Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura» (Bem.13:32).
El comentarista Rashí interpreta que ellos vieron servicios fúnebres por doquier. Al ver esto, desmayaron y trajeron un mal reportaje de la Tierra. Esta actitud es normal en personas de poca emunáh (obedencia fiel). Ellas siempre perciben las cosas en contra de ellas mismos. Como dicen nuestros Sabios, «Haposel bemumó asmó posel» (quien descalifica lo hace por causa de su propia mancha). En la psicología a esto se llama proyección. El ser humano reacciona de cuatro maneras frente a una crisis:
1. Proyecta su falta en los demás (proyección)
2. Reprime sus emociones
3. Se ciega a la realidad para no sentir nada
4. Confronta la crisis con dolor y la sobrevive
Aparentemente, los lideres que Moshé envió no tenían suficiente emunáh para conquistar la Tierra. Como resultado, ellos culparon a Moshé y al Eterno por llevarlos hasta ese punto. Aquí tenemos dos tipos de lideres: Yehoshúa y Caleb por un lado, y los otros diez hombres por el otro lado. Los primeros con emunáh y los otros, débiles. Un buen lider no muestra señales de debilidad delante de sus seguidores ya que sus palabras tienen el potencial de desbarratar los sueños de aquellos que esperan en él. ADONAY, alabado sea, espera que nosotros creamos en Sus palabras y milagros diariamente, pero nosotros somos los que impedimos el recibir lo que El promete. Considera como los elefantes son entrenados por medio de la subyugación física y psicológica. Por meses, son sujetados por cadenas gruesas. Ya entrenados, basta sujetarlos con sogas de paja. ¿Porqué no intentan escapar? Muchos de nosotros estamos «encadenados» mentalmente y levantamos obstáculos, imaginando gigantes, cuando la liberad está ahí mismo frente a nosotros. Considera lo que dijo Yosef en Egipto cuando volvió a encontrarse con sus hermanos, «lo que ustedes pensaron para mal, ADONAY lo hizo para bien».
Sea la voluntad del Cielo que podamos ejercer emunáh y recibir las bendiciones por delante sin temor.